Inscripción de Tel Dan

Durante la década de 1980 y principios de la de 1990, un grupo llamado minimalismo bíblico estaba en auge. Los minimalistas consideran que la Biblia tiene muy poco valor tradicionalmente, considerándola poco fiable. 

Uno de sus principales objetivos era el rey David. 

Por ejemplo, el Dr. Philip R. Davies, profesor de la Universidad de Sheffield, especificó: «No soy el único estudioso que presume que la figura del rey David tiene que ver con la historia del rey Arturo». 

El arqueólogo Israel Finkelstien ha declarado: «El reino unido de David y Salomón, descrito en la Biblia como un poder local, era, en su mayor parte, un pequeño reino tribal… El reino de David estaba compuesto por solo 500 personas con palos en las manos, gritando, maldiciendo y escupiendo». 

Los minimalistas bíblicos afirmaban que el reino ampliado del rey David, tal como se describe en la Biblia, no era más que una leyenda y un mito.

En 1993, arqueólogos excavaban en Tel Dan, la zona de la antigua ciudad de Dan, situada en el norte de Israel. 

Durante la excavación, encontraron una piedra dañada, de aproximadamente 32 cm de alto por 22 cm de ancho, con un grabado arameo.

Al año siguiente, se descubrieron dos fragmentos más de la inscripción. 

El grabado desató una conmoción inmediata y puso a los minimalistas, que se habían jactado de la realidad de que no existían pruebas del rey David más allá de la Biblia, a la defensiva.

La inscripción registra el triunfo del rey de Aram (probablemente Hazael, aunque no se le menciona) sobre Omni, rey de Israel, y su aliado, el rey de la «Casa de David». Data del siglo IX a. C., unos 200 años después del mandato de David. 

La expresión «Casa de David» revolucionó el mundo histórico. Por primera vez, existía una referencia clara y ampliamente reconocida a David. 

El arqueólogo Yosef Garfinkel analiza la importancia del grabado: «‘Casa de David’ implica ‘dinastía de David’. 

Así que ahora entendemos que hubo un hombre llamado David y que tuvo una dinastía… esto demuestra claramente que David no es una figura mitológica. Por lo tanto, el paradigma mitológico se derrumbó en un instante».