Cilindro de Ciro

Cilindro de Ciro

Uno de los artefactos más famosos de la arqueología bíblica es, sin duda, el Cilindro de Ciro. Considerado a veces la primera declaración de derechos humanos, una copia se encuentra en la sede de las Naciones Unidas. Más relevante para este blog, el Cilindro de Ciro confirma la afirmación bíblica de que Ciro permitió al pueblo judío, capturado por los babilonios, regresar a su patria y reconstruir su templo.

El Cilindro de Ciro fue descubierto en 1879 en las ruinas de Babilonia por Hormuzd Rassam. Es un cilindro de arcilla cocida de 22,5 x 10 cm, inscrito en escritura cuneiforme acadia.

La inscripción confirma la política general de Ciro de devolver a los exiliados a sus asentamientos y permitirles llevarse sus dioses y reconstruir sus santuarios. El pueblo judío no tenía ídolos, por lo que los objetos que se habían llevado del Templo fueron devueltos. La proclamación específica de Ciro para los judíos se registra en Esdras 1:1-3:

En el primer año de Ciro rey de Persia, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, despertó Jehová el espíritu de Ciro rey de Persia, el cual hizo pregonar de palabra y también por escrito por todo su reino, diciendo: 

Así dice Ciro, rey de Persia: «El Señor, Dios del cielo, me ha dado todos los reinos de la tierra y me ha encomendado que le edifique una casa en Jerusalén, que está en Judá. Quienquiera que esté entre ustedes de su pueblo, que su Dios esté con él, y que suba a Jerusalén, que está en Judá, y reedifique la casa del Señor, Dios de Israel; él es el Dios que está en Jerusalén».

Esdras registra además que “también el rey Ciro sacó los vasos de la casa de Jehová que Nabucodonosor había sacado de Jerusalén y había puesto en la casa de sus dioses” (1:7).

Se afirma que Ciro parecía estar más preocupado por la opinión de los dioses y que simplemente actuaba para apaciguarlos, en lugar de actuar por el bien del pueblo. Por ejemplo, está escrito en el cilindro: 

“los dioses de la tierra de Sumer y Acad que Nabonido –para furia del señor de los dioses– había traído a Shuanna, por orden de Marduk, el gran señor, los devolví ilesos a sus celdas, en los santuarios que los hacen felices”. 

A cambio, estos dioses debían devolverle el favor a Ciro: 

Que todos los dioses que he devuelto a sus santuarios, todos los días ante Bel y Nabu, pidan una larga vida para mí, y mencionen mis buenas obras, y digan a Marduk, mi señor, esto: «Ciro, el rey que te teme, y Cambises, su hijo, que sean los proveedores de nuestros santuarios hasta días lejanos (?), y que la población de Babilonia bendiga mi reinado. He permitido que todas las tierras vivan en paz».

Aunque los escépticos del siglo XIX se burlaron de la afirmación bíblica de que un rey permitiría a las personas capturadas regresar a sus hogares y reconstruir sus templos, el Cilindro de Ciro confirma que esa era de hecho la política de Ciro el Grande.

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