Es el efecto directo que provocan los enredos y ser un ADLR, la falta de profundo contexto acerca de Dios, lo que te hace odiar todo lo relacionado a él, ya sea porque viste a personas que decían amarlo y te han lastimado, porque piensas que Dios no te ayudó, que te ha lastimado, que es el mal más grande del mundo, que es un sistema de control, etc.
Por ello sentirás odio por querer alguna vez imaginarte ‘creer’ o aceptar a Dios, porque tus preceptos te permiten pensar que no existe y que gracias a los enredos, en tu mente estarán los argumentos para que tu posición tenga sentido.
En el sentido explícito de odiar, algunas personas lo hacen porque aún cuando supieran que es real, lo odiarán porque no le permitirá continuar haciendo lo que ellos tanto aman.
El odio en un ADLR es muy fuerte y lo lleva a cometer acciones libres, donde ellos determinan que hacer y que no, odiando lo que para ellos no existe como un símbolo de protesta del opio del pueblo.