
La tierra no tiene millones de años
Mercurio
Es uno de los nueve planetas conocidos de nuestro sistema solar, es el más cercano al sol. Es también uno de los más pequeños, sólo Plutón (el más lejano) es más pequeño. Aún Ganymede (una luna de Júpiter) y Titán (luna de Saturno) son más grandes. Aún así, Mercurio tiene mucho que decir acerca de los orígenes de nuestro sistema solar.
Mercurio es un planeta de extremos. La cara del planeta que da al sol alcanza temperaturas de cerca de 430°C (más que suficiente para derretir plomo), mientras que el lado oscuro es frígido, -170°.
Mercurio gira alrededor del sol cada 88 días, y tiene la característica de girar en su eje exactamente 3 veces por cada dos órbitas completas.
Falto de la variedad y color de algunos de los planetas, la superficie rocosa y con muchos cráteres de Mercurio semeja a la de la luna. Pero lo que es realmente interesante acerca de Mercurio son las cosas que no se pueden ver.
Científicos han descubierto que Mercurio tiene la densidad más alta de todos los planetas conocidos (menos la de la Tierra).
Mercurio es tan denso que se cree que tiene un centro de hierro ocupando casi 75% de su diámetro.
Esta densidad extraordinaria ha generado mucho disturbio y confusión en la astronomía evolucionista.
Los evolucionistas concuerdan en modelos de la formación de los planetas pero sus modelos dicen que Mercurio no puede ser nada cercano a lo denso que realmente es.
Después de décadas de conflicto, la mayoría de los astrofísicos de hoy se han rendido y han admitido que la alta densidad en Mercurio no puede ser acomodada dentro de los modelos de desarrollo lento y gradual.
En su lugar, la explicación preferida ahora es que billones de años atrás, un gran objeto se estrelló en Mercurio, despojándole de su material menos denso dejando la alta densidad vista actualmente, algo muy hipoteticamente conveniente para la teoría.
El Mariner fue el último de su serie de naves espaciales y la primera misión en usar la fuerza gravitacional de un planeta (Venus) para llegar a otro (Mercurio).
La nave fue lanzada en 1973 y llegó a Mercurio el 29 de Marzo de 1974.
Durante el año siguiente envió 10,000 imágenes del planeta y había explorado 57% de la superficie cuando su energía se extinguió. Ahora está en órbita alrededor del sol.
Considere las implicaciones de esto.
Los evolucionistas han admitido que el planeta que vemos no puede ser explicado mediante procesos evolutivos graduales.
En su lugar, proponen una catastrófica colisión de hace mucho tiempo. ¿Cuál es la evidencia de esa colisión? Ninguna, simplemente que no les agrada esa realidad porque afecta al naturalismo de los millones de años.
Magnetismo de Mercurio
Los retos de Mercurio al naturalismo no están limitados a su densidad. Los evolucionistas recibieron otra sacudida cuando el campo magnético de Mercurio fue descubierto. Para entender porqué representa un problema, debemos discutir las ideas evolucionistas del magnetismo planetario.
La mayoría de los planetas del sistema solar tienen un campo magnético. ¿De dónde provienen estos campos? Los evolucionistas sostienen una teoría ‘dínamo’ que requiere que aquellos planetas con campos magnéticos tengan también núcleos de metal derretido.
A través de una complicada serie de eventos, los movimientos de los fluidos dentro del núcleo pueden supuestamente generar un campo magnético. Los evolucionistas creen en esta idea porque es el único mecanismo que ellos han podido proponer por el cual los planetas supuestamente de millones de años de antiguedad podrían todavía tener campos magnéticos—los demás mecanismos requerirían que los planetas fueran más jóvenes.
Desafortunadamente para los que creen en largas eras, mientras más descubrimos de otros planetas, más encontramos que el modelo del dínamo no puede ser cierto para ellos. Esto no debería sorprendernos, pues los creyentes de las largas eras admitieron que aún la Tierra por sí misma presenta enormes problemas para el modelo dínamo, y la tierra fue el primer planeta para el que se inventó el modelo y para explicarlo.
Regresando a Mercurio, para tener billones de años de edad y todavía conservar el campo magnético debe haber movimiento de fluidos dentro del núcleo del planeta y, por tanto, el núcleo mismo debe estar derretido. Pero como los evolucionistas dicen, ‘Mercurio es tan pequeño que la opinión general es que el planeta [i.e. su núcleo] debe haberse congelado eones atrás’.
Entonces, el núcleo no puede estar derretido y así las teorías evolucionistas tendrían que concluir que Mercurio no tiene un campo magnético. ¡Pero sí lo tiene!
Algunos evolucionistas especulan que quizás el núcleo de Mercurio no es hierro (que se habría ‘sólidificado eones atrás’), sino sulfuro de hierro, en su lugar (el cual no necesariamente se habría solidificado a través de esos eones).
Pero tratando de solucionar el problema de Mercurio, se crea un problema más grande.
Un principio fundamental de la teoría de la nebulosa solar (usada para explicar cómo se formó nuestro sistema solar) es que no puede haber ningún elemento volátil tal como el azufre tan cerca del sol, por tanto, no puede haber sulfuro de hierro en Mercurio. En consecuencia, en un intento para rescatar una edad de billones de años para Mercurio, los evolucionistas están socavando los mismos fundamentos de sus ideas acerca de la formación de todo el sistema solar.