Farsa datación radiométrica

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La tierra no tiene millones de años

Farsa en la datación radiométrica

Mucha gente cree que las dataciones radio-métricas han probado que la Tierra tiene millones de años de existencia. Eso es entendible, dada la imagen que rodea al método. Incluso la forma en que las fechas son reportadas da la impresión de que el método es preciso y confiable.

Sin embargo, aunque podemos medir muchas cosas de una roca, no podemos medir directamente su edad. 

Por ejemplo, podemos medir su masa, su volumen, su color, los minerales que contiene, el tamaño y la forma en que están acomodados. Podemos desintegrar la roca y medir su composición química y los elementos radioactivos que contiene. 

Pero no existe un instrumento que mida directamente su edad.

Antes de poder calcular la edad de una roca por la medición de su composición química, debemos presuponer qué elementos radioactivos estaban en la roca cuando se formó.

Y luego, dependiendo de las presuposiciones que hagamos, podremos obtener cualquier fecha que queramos.

Es sorprendente saber que los mismos geólogos evolucionistas no aceptarán una fecha radio-métrica a menos que crean que es correcta—esto es, que concuerde con lo que ellos previamente creen en otras áreas. Una cosa es calcular una fecha, y otra es entender lo que significa.

Así que, ¿cómo saben los geólogos cómo interpretar sus fechas radio-métricas, y cuál debería ser la fecha correcta?

Un geólogo trabaja sobre la edad relativa de una roca mediante el estudio cuidadoso del lugar donde estaba la roca en el campo. Las correlaciones con el sitio del hallazgo, como son llamadas, son de primera importancia, y todas las fechas radio-métricas son evaluadas en relación a ellas.

Por ejemplo, un geólogo puede examinar un corte del terreno. Allí él puede ver que algunas rocas sedimentarias curvilíneas han sido cortadas verticalmente por una extensión de roca volcánica llamada dique. Es claro que la roca sedimentaria fue depositada antes de que el dique fuera comprimido en el lugar.

Viendo otras formaciones en el área, el geólogo es capaz de dibujar un mapa geológico que tenga registrado como están relacionadas las rocas entre sí. Por el mapeo de las correlaciones del área, se vuelve sencillo elaborar una sección geológica transversal, y la cronología relativa de los eventos geológicos.

Las rocas sedimentarias fueron depositadas y deformadas antes de que el Dique Volcánico se introdujera en ellas. 

Éstas se erosionaron, y la Rocas Sedimentarias B se depositaron.

El geólogo pudo haber encontrado algunos fósiles en la Rocas Sedimentarias A y descubrió que son similares a fósiles encontrados en otras rocas de la región.

Él asume por consiguiente que la Rocas Sedimentarias la tienen la misma edad que las otras rocas en la región que han sido datadas por otros geólogos. 

De la misma manera, identificando los fósiles, él pudo haber relacionado las Rocas Sedimentarias B con otras rocas, sin importarte que en ese fósil haya carbono 14, o colágeno.

Hemos visto como las dataciones no concuerdan con la realidad en las incoherencias de la datación 1 y 2.

El problema es que de sus suposiciones, nuestro geólogo naturalista pudo haber descubierto que otros geólogos creen que las Rocas Sedimentaria A tienen 200 millones de años y que las Rocas Sedimentarias B tienen 30 millones de años. De este modo, él ya ‘sabe’ que el dique ígneo debe ser menor de 200 millones de años y mayor de 30 millones de años. 

Debido a su interés en el dique volcánico, él colecta una muestra, teniendo cuidado de seleccionar roca que se vea fresca e inalterada. A su regreso, él envía su muestra al laboratorio para que sea datado, y después de unas cuantas semanas recibe el reporte de laboratorio.

Imaginemos que la fecha reportada por el laboratorio sea; 2,8 millones de años. 

Nuestro geólogo estará muy feliz con ese resultado. 

Él podrá decir que la fecha representa el tiempo en el que la lava se solidificó. 

Tal interpretación ajusta muy bonito con el rango de lo que él creía que era la edad. De hecho, él estaría igual de feliz con cualquier fecha poco menor de 200 millones de años o un poco mayor de 30 millones de años. 

Todas habrían ajustado muy bien con su correlación del área de hallazgo que había observado, y sus interpretaciones. Las correlaciones del área son generalmente amplias, y un amplio rango de “fechas”, pueden ser interpretadas como el tiempo en que la lava solidificó

¿Qué hubiera pensado nuestro geólogo si la fecha del laboratorio hubiera sido mayor de 200 millones de años, digamos 350 – 4.3 millones de años? ¿Concluiría que la datación de los fósiles estaba equivocada?

Definitivamente no. 

¿Pensaría que el método de datación radio-métrica es defectuoso? 

No. 

En vez de cuestionar el método, el naturalista diría que la fecha radio-métrica no registró el tiempo en que la roca solidificó. 

Él podrá sugerir que la roca tenía cristales (llamados xenocristales) que se formaron mucho antes de que la roca solidificara, y que esos cristales fueron los que dieron la edad más antigua.

Él podrá sugerir que otro material muy antiguo había contaminado la lava mientras pasaba a través de la tierra. O sugerirá que el resultado fue debido a una característica de la lava—que el dique tenía una “edad” vieja inherente

¿Qué habría pensado nuestro geólogo si la fecha del laboratorio hubiera sido menor de 30 millones de años, digamos 1 millón de años? 

No hay problema. ¿Hubiera dudado del método de datación, del cronómetro? No. 

El diría nuevamente que la fecha no representa la edad en que la roca solidificó. El sugeriría que algunos de los componentes químicos de la roca han sido alterados por el agua de la tierra o el clima.

 Puede decidir que la roca fue afectada por un evento de calentamiento localizado—uno suficientemente fuerte como para distorsionar los químicos, pero no tanto para ser visible en el campo.

No importa lo que resultara con la fecha radio-métrica, nuestro geólogo siempre será capaz de ‘interpretarla’.

Él simplemente tendría que cambiar las suposiciones acerca de la historia de la roca para explicar los resultados de manera plausible. 

G. Wasserburg, quien recibió el Premio 1986 Craford en Geociencias, dijo, ‘No hay malos cronómetros, ¡sólo malas interpretaciones de ellos!’

De hecho, hay un rango muy grande de explicaciones estándar que los geólogos usan para ‘interpretar’ los resultados de la datación radio-métrica.

Alguien puede preguntar

 ¿Por qué los geólogos siguen usando la datación radio-métrica?

¿Acaso no deberían haberla abandonado hace mucho tiempo por no ser tan confiable?

Sólo porque los resultados calculados no son las verdaderas edades, no significa que el método sea completamente inútil. 

Las fechas calculadas están basadas en la composición isotópica de la roca. 

Y la composición es una característica de la lava fundida de la cuál se solidificó la roca. 

Por lo tanto, las rocas de la misma área que dan ‘fechas’ similares, son posiblemente formadas de la misma lava alrededor del mismo tiempo durante el Diluvio. 

Así que, aunque las suposiciones detrás de los cálculos son incorrectas, debe haber un patrón en los resultados que ayude a los geólogos a entender la relación entre rocas ígneas en una región.

Contrario a la impresión que se está dando, la datación radio-métrica no prueba que la tierra tenga millones de años. 

La larga edad ha sido simplemente asumida.

Las ‘edades’ calculadas radio-métricamente dependen de las suposiciones que se han hecho. 

Los resultados sólo son aceptados si concuerdan con lo que previamente se cree, es decir crear el tiempo para la abiogénesis, mismo que inclusive con todo el tiempo no es posible, y con la realidad de miles de años, mucho peor pero aún existirán personas que crean que sí, lo cual es lo mismo que creer que tirarse de un edificio no les hará mal, así que dejemos que las personas crean lo que quieran pero que nosotros aceptamos la verdad seal cual sea, lo cual deja de ser creencia por definición al contar con respaldo.

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