Datación histórica de la tierra y el universo

Las numerosas culturas del mundo han calculado la edad del universo y de la tierra basándose en sus costumbres y relatos históricos, aunque si bien cada una era diferente, ninguna superaba los 10.000 años. 

Lo que parece indicar que originalmente los pueblos tenían un conocimiento histórico y oral común de la creación original. 

El concepto de una Tierra antigua (de un millón de años o más) no se propuso hasta finales del siglo XVIII, cuando las posturas naturalistas empezaron a cobrar fuerza.

A lo largo de la historia, los científicos han obtenido más datos, pero lo más importante es que la ciencia ha pasado de una cosmovisión histórica a una cosmovisión naturalista.

 Durante la mayor parte de la historia de la humanidad e incluso en la actualidad, algunos científicos siguen utilizando el acontecimiento de la creación (tal y como se recoge en la Biblia) como guía para estimar la edad de la Tierra y del universo porque saben muy bien que es un libro perfecto de imposible origen humano.

Muchas de estas estimaciones culturales e históricas se sitúan en el rango de miles de años.

Sin embargo, a finales del siglo XVIII los científicos naturalistas, apartándose de la cosmovisión bíblica, empezaron a considerar que la Tierra tenía quizá un millón o unos pocos millones de años.

A mediados del siglo XIX, basándose en la termodinámica y en el concepto de entropía, se determinó que el universo debía tener una edad infinita (se sugirió una edad aproximada de entre 25.000 y 45.000 millones de años).

Basándose en la radiación que se suponía que era el remanente del Big Bang, en 2013, utilizando los últimos modelos de evolución estelar, la edad estimada de la estrella más antigua conocida era de 14.460 millones de años.

La edad del universo se calcula principalmente utilizando combinaciones de suposiciones y factores que incluyen el ritmo de expansión del universo, los cambios en el ritmo de expansión de las supernovas, las fluctuaciones en el fondo cósmico de microondas y otros perímetros.

Estos elementos se combinan en un modelo que los cosmólogos utilizan para calcular la edad del universo. 

En la actualidad, esos cálculos nos dicen que el universo tiene aproximadamente 13.780 millones de años.

Es importante señalar que la edad calculada del universo depende directamente de la conjetura del modelo de Big Bang utilizado. 

Hay muchos modelos diferentes que utilizan distintos puntos de datos en sus cálculos, algunos se consideran más precisos que otros, pero el consenso actual es que el universo tiene miles de millones de años.

Para que el cálculo de la edad del universo sea correcto, también debe serlo cualquier modelo concreto del Big Bang. 

Tales modelos se basan en una multitud de suposiciones y construcciones codependientes que también deben ser ciertas. 

Hay que tener en cuenta que, incluso en la historia científica reciente, muchas de estas construcciones han cambiado enormemente. 

Además, hay quizás miles de tales suposiciones y construcciones codependientes de las que también puede depender cualquier teoría.

Sin embargo, dejando a un lado estas variables, hay dos factores en los que (la mayoría de) todas las teorías se basan para que cualquier modelo cosmológico actual sea cierto.

Estos dos factores que deben cumplirse son que el universo debe ser homogéneo e isótropo. 

Estos dos términos suelen combinarse y denominarse principio cosmológico. 

La homogeneidad es la suposición de que la materia del universo está distribuida uniformemente por todo el espacio y que las leyes físicas son las mismas en todas partes.

En pocas palabras, la homogeneidad significa que el universo es el mismo en todas partes.

La isotropía es la suposición de que el universo tiene las mismas propiedades en todas las direcciones. 

En pocas palabras, la isotropía significa que el universo es el mismo en todas las direcciones.

Estas características del principio cosmológico son muy debatidas en cuanto a cómo se aplican o fallan dentro de cualquier hipótesis propuesta. 

Se debaten empezando por cómo pudo producirse el Big Bang (en primer lugar) sin implosionar en un agujero negro masivo. 

En los debates cosmológicos se han planteado otras cuestiones relacionadas con el problema de la planitud y el problema del horizonte.