La muerte de Judas Iscariote

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La muerte de Judas Iscariote

¿Murió Judas Iscariote en la horca (Mateo 27:5) o pereció al caer y reventarse (Hechos 1:18)? Veamos qué revela la evidencia exegética.

Los pasajes relevantes aquí son:

Luego arrojó las piezas de plata en el templo, y salió; y fue y se ahorcó. = Mateo 27:5
Este, pues, compró un campo con el salario de su iniquidad, y cayendo de cabeza, se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron. – Hechos 1:18

Algunas personas han asumido erróneamente que Mateo y Lucas (autor de los Hechos) son inconsistentes en su relato de la muerte de Judas. Dado que la Biblia es inerrante, Judas no puede haber muerto ahorcado ni caído y reventado. Más bien, son dos perspectivas distintas del mismo suceso. Por ejemplo, si presencié un vehículo atropellando a un peatón, podría afirmar que el peatón falleció debido al impacto del vehículo. El forense que llegó al lugar posteriormente, pero que no presenció el accidente, podría proporcionar una descripción gráfica de las lesiones del peatón. Tanto el forense como yo identificamos el mismo suceso, pero solo aspectos separados del mismo.

Mateo nos informa que Judas murió ahorcado (se presume la muerte según el pasaje). Lucas, siendo médico, nos presenta una descripción gráfica de lo que ocurrió después del ahorcamiento. La justificación para ordenar los eventos de esta manera es doble. En primer lugar, si una persona se cae y sus órganos internos se derraman, moriría, por lo que no podría morir posteriormente ahorcado. En segundo lugar, incluso cuando alguien sufre una caída grave, no suele reventarse ni derramar sus órganos internos. La piel es extraordinariamente resistente, e incluso al cortarse en la región abdominal, los órganos internos normalmente no se derraman. Por lo tanto, no es probable que Judas pudiera morir de esta manera simplemente por una caída.

Por espantoso que parezca, el cadáver de Judas colgaba bajo el ardiente sol de Jerusalén, y las bacterias de su cuerpo habrían estado destruyendo activamente tejidos y células. Un subproducto del proceso metabólico bacteriano suele ser el gas. La presión producida por el gas expulsa el líquido de las células y tejidos hacia las cavidades corporales. Como resultado, el cuerpo se hincha. Además, se produce la descomposición del tejido, lo que debilita la integridad de la piel. El cuerpo de Judas parecía un globo inflado: al caer al suelo (debido a la rotura de la rama de la que colgaba o de la propia cuerda), la piel se rompió fácilmente y estalló, desparramándose sus órganos internos.

No hay ninguna contradicción en torno a la muerte de Judas, sino más bien dos descripciones proporcionadas por dos autores diferentes del mismo evento.