Ciclo del agua

El ciclo del agua

El ciclo del agua, también conocido como ciclo hidrológico, consiste en la evaporación del agua, principalmente de los océanos, para formar nubes que el viento arrastra sobre la tierra, donde cae en forma de lluvia y regresa a los océanos a través de los ríos. 

Recordemos que el diluvio fue la causa de todo el agua que existe en la tierra.

Miles de ríos vierten cada hora miles de millones de galones de agua en los océanos.

¿Cuál es el origen de toda esta agua que sigue vertiéndose en los océanos?

¿A dónde va toda el agua?

¿Por qué no aumenta el nivel del mar?

Los antiguos chinos, al igual que muchas otras culturas del mundo, seguían sus propios mitos. Creían que un rey dragón manipulaba la lluvia, el agua, los huracanes y las inundaciones.

Los aborígenes australianos creían que la Serpiente Arcoíris era la responsable de reproducir la lluvia.

Los antiguos griegos creían que el agua fluye desde arroyos y ríos que surgen de un gran lago subterráneo de agua dulce, conectado a la superficie del mundo por gargantas, pero no entendían por qué los océanos no se llenaban y se desbordaban.

La respuesta a estas preguntas no fue comprendida hasta el siglo XVII por los científicos franceses  Pierre Perrault  (1608-1680) y  Edme Mariotte  (1620-1684).

¡5.200 años antes de que el dúo de científicos franceses, Dios ya afirmó este hecho!

Porque él atrae las gotas de agua,
que destilan lluvia de la niebla,
que las nubes vierten,
y gotean sobre el hombre en abundancia.  (Job 36:27-28 NVI)

Él envuelve las aguas en sus nubes,
y las nubes no se rompen debajo de ellas.  (Job 26:8 NVI)

Aquí, Job proporciona los elementos principales del ciclo del agua: que el agua se evapora para formar nubes que luego caen en forma de lluvia y fluyen hacia los arroyos. La narración implica que los arroyos devuelven el agua a los océanos, ya que todos los arroyos finalmente desembocan en el mar, algo que no se comprendía ni siquiera en el siglo XVII.

El rey Salomón escribió sobre este importante hecho y la naturaleza cíclica del movimiento del agua alrededor del año 950 a. C.:

Todos los ríos desembocan en el mar,
pero el mar no se llena.
Al lugar donde desembocan los ríos,
allí vuelven a desembocar.  (Eclesiastés 1:7 NVI)

El Salmo 135:7 dice que Dios hace subir las nubes, es decir la evaporación del agua y el Salmo 104:13 dice que Dios riega los montes desde sus aposentos, una referencia a la lluvia que cae de las nubes. 

Amós afirma:

El que llama a las aguas del mar y las derrama sobre la faz de la tierra, el Señor es su nombre.  (Amós 9:6 NVI)

Amós dice que Dios toma las aguas del mar y las vierte sobre la tierra, lo que es nuevamente una parte importante del ciclo del agua.

La Biblia no pudo explicar con mayor claridad este asombroso ciclo. Sin embargo, solo con  evidencia científica  comprendimos plenamente el ciclo del agua miles de años después de la escritura de estos textos.